sábado, 23 de octubre de 2010

Final del cuento Los Donguis


Los Donguis
 

     Estando en el parque, no pude dejar de pensar en los donguis y el susto que me lleve, al verlos esa noche con Colette. Algunas interrogantes se acumularon en mi cabeza ¿Qué pasaría si ellos nos hubiesen visto? ¿Serian capaces de dominar la tierra? ¿ que pasaría con la raza humana? ¿ No existe un arma mortal que los aniquile? Estaba enfrascado en mis pensamientos, cuando de pronto el parque se quedo en un total silencio.

        Mire a todos lados, pero no había nadie. Confundido me levante del banco en donde estaba y empecé a caminar, una fuerte inquietud se apodero de mi, pues yo sabia muy bien que si todo se quedaba en silencio es que había un depredador cerca. Caminé y caminé cuando de repente vi a lo lejos, una flor negra, la cual me lleno de curiosidad y aunque algo me decía que me marchara a casa no pude dejar de sentirme fascinado por ella, así que sin mas, fui a donde estaba la flor. Al llegar note que había un agujero cerca de las raíces, me puse en cuclillas para mirar hacia dentro y resbale cayendo dentro del agujero.

Dentro del agujero, estaba todo oscuro, pero eso no me impidió darme cuenta que había caído sobre algo pegajoso y mucoso. En ese momento fue cuando recordé algo: son ciegos, sordos y viven en la oscuridad.  Una señal de alarma se encendió en mi cabeza y enseguida me incorpore y empecé a tratar de salir, pero sin obtener éxito. De repente escuche unos sonidos extraños, el pánico se apodero de mi, no sabia donde ir y ni siquiera podía salir. En un momento u otro sentí un dolor puntiagudo en una pierna. Mi mente gritó: No!!!  Y empecé a correr por lo largo del túnel a pesar de que el dolor de la pierna se intensificaba con cada movimiento, cuando me creí perdido en ese mismo instante ví un pequeño reflejo de luz y fui hasta allí, gracias a Dios que era una salida y sin pensármelo dos veces salí de allí y me fui a mi casa.

        Una vez allá me di cuenta de que algo me colgaba del pie herido, cuando mire hacia abajo ví el dongui que me había mordido (por que era lógico que él fue el causante de la herida de mi pierna) estaba enredado en el ruedo de mi pantalón que estaba hecho jirones, lo tome con cuidado porque no quería que me volviera a morder otra vez y lo amarre a la mesa de la cocina. Luego me dispuse a limpiar mi herida.               

        Una vez terminado de curarme la herida, mire el dongui que estaba nervioso pues se movía de un lugar a otro, en ese instante me propuse hacer un arma para matarlos a todos de una vez por todas.

         Pasaron semanas e incluso meses antes de que encontrara la solución. Todo era simple: veneno de alacrán. Cuando le inyecte al dongui veneno de alacrán, en menos de 2 minutos murió.

        Feliz de que mi experimento hubiese funcionado me dirigí donde el presidente de argentina para plantearle la solución al problema de los donguis. El presidente se mostró entusiasta e incluso me dio una buena bonificación por mi trabajo, al otro día ya todos los países estaban al tanto de la solución para acabar con los donguis.

        Dos meses después, todos los países habían exterminado a los donguis. Mientras que yo estaba extasiado por la mansión que me regalo el presidente de Estados Unidos unos meses atrás.  Luego me di cuenta que necesitaba buscar algunos planes y cosas que se habían quedado en su antigua casa. Cuando llegue fui a la cocina y lo que vi me dejo anonadado.

        El dongui que supuestamente había matado con veneno de alacrán, se había convertido en algo totalmente monstruoso. Tenia una larga de cola de alacrán, su tamaño había alcanzado casi la altura de un hombre adulto, tenia tenazas de cangrejo en vez de patas delanteras y lo miraba con ojos negros como el carbón.

        Luego de un instante el dongui, salto encima de mi, devorándome, mi ultimo pensamiento fue: que he hecho??

 

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