martes, 26 de octubre de 2010

Final del cuento La verdad del caso de M. Valdemar


        Después de la muerte del M.Valdemar, me di cuenta de que en verdad mis efectos hipnóticos funcionaban y me prometí  a mi mismo no volver a utilizarlos, al menos que sea algo realmente necesario.

         Pasaron unos 6 meses antes de conocer a Rosalía. Era una joven hermosa, de negra cabellera, de piel blanca como porcelana y ojos verdes como la más preciosa esmeralda. La conocí una noche cuando salía de un restaurante, donde había tenido una reunión, estaba de pie  en la estación de tren, sus largos rizos negros llamaron mi atención y sigilosamente me acerque a ella.

-         Hola - dije para matar el silencio entre nosotros.-
-         Hola
- Que noche eh?
-         Si, hace mucho frío
-          va usted lejos?
-         No, solo a 3 paradas de aquí
Así continuamos hablando y nos dimos cuenta que teníamos mucho en común por lo que la invite a salir.
-         te gustaría ir conmigo un día de estos al parque?
-         Lo siento pero tengo novio
-         Oh que bueno – dije irónicamente-

En ese momento nuestra conversación termino por que llego el tren y nos subimos. Pasaron meses antes de volver a ver a Rosalía. Cuando la volví a ver, fue en una de mis consultas cuando ella fue a verme, ya no era la misma chica que conocí en la estación, estaba más pálida que un fantasma y le faltaba ese brillo en sus ojos que me cautivo. En un principio me sorprendió verla pero como un profesional oculte la impresión de mi rostro. Estuvimos charlando de porque había ido a la consulta y me dijo que sufría de cáncer pulmonar y con la confianza que me tenia, seguramente por haber hablado con ella ese día en la estación, me contó que su novio al enterarse termino con ella, según él porque no podía estar con una mujer enferma. Estúpido. Luego de un rato la mande hacerse una radiografía para poder ver como iba su cáncer. Estaba en un estado casi crítico y sentí pena por ella, no era justo que una mujer tan hermosa muriera sin ni siquiera vivir su vida. Luego me acorde del poder de hipnotismo y le hice la propuesta.
-         Rosalía, tu cáncer es incurable, lo lamento…
-         (está empezó a sollozar) entonces no hay una cura, nada?
-         Yo puedo hipnotizar a las personas Rosalía, si quieres que hagamos una prueba o algo, yo estoy mas que dispuesto a ayudarte
-         Haría cualquier cosa con tal de salvarme
-         Entonces nos citaremos mañana para empezar con el hipnotismo
-         (sus ojos cobraron un pequeño brillo) gracias…

 Al siguiente día, en la comodidad de mi casa, empecé a hipnotizar a Rosalía.

-         mira, el reloj, solo al reloj, nada mas, concéntrate en mi voz Rosalía. Eso es... ahora repite después de mi, yo Rosalía Hale…
-         yo Rosalía Hale…
-         voy a ser hipnotizada por Allan Poe y mi cuerpo responderá a todo lo que el me diga
-         voy a ser hipnotizada por Allan Poe y mi cuerpo responderá a todo lo que el me diga
-         bien (dije, poniendo el reloj de lado) Rosalía Hale salta ( Rosalía hizo exactamente eso) muy bien parece que funciona, ahora Rosalía Hale te curaras del cáncer que te carcome por dentro, me entiendes, no volverás a tener todas esas dolencia ni nada por el estilo desde hoy eres una mujer libre de tal enfermedad.

       Dichas estas palabras, nos fuimos al hospital para hacerle la prueba otra vez, y dio negativo. Rosalía estaba que no cabía en si, me abrazo con fuerza y me besó, fue un beso leve pero inundo mis sentidos.

-         Gracias, estoy curada!!! No se como agradecértelo
-         No tienes nada que agradecer ( dije aunque sabia perfectamente la forma en que me podía pagar)
-         De verdad, si usted necesita algo, lo que sea…
-         Esta bien todo Rosalía, no tienes que agradecer nada, y ahora que harás?
-    Buscare a Paúl y le diré que estoy curada y luego nos casaremos!!

Y ese fue el ultimo día en que ví a Rosalía Hale.


fin


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